Encontrar el mejor seguro para tu vehículo puede convertirse en una de las decisiones más estresantes. El mercado ofrece multitud de pólizas que se venden a sí mismas como las ideales para tener la seguridad de que se está 100% cubierto en caso de necesitar recurrir a sus beneficios. Ahora bien, ¿cómo acertar verdaderamente? Los expertos remarcan que lo más importante de un seguro es que sea claro y lo más completo posible en función de las necesidades y usos del vehículo.
Ya sea porque has adquirido un nuevo vehículo o porque no estás satisfecho con tu compañía de seguros, contratar un seguro para un coche no tiene por qué suponer un quebradero de cabeza si sigues estos consejos prácticos de los expertos.
Busca, compara y contrata: En este orden, siempre. Con esta simple decisión puedes ahorrar cantidades importantes en las primas sin renunciar a las coberturas que esperas tener.
Analiza a fondo las coberturas y sus costes: Según las necesidades reales y futuras para con tu vehículo, algunas coberturas se convierten en básicas y otras en prescindibles. Del mismo modo, a la hora de evaluar los riesgos de asegurar tu vehículo, las compañías revisan concienzudamente todo lo que afecta al vehículo, incluso tu histórico con otras aseguradoras.
Leer bien la letra pequeña: Una acción básica que no siempre se cumple. Incluso si se trata de una decisión de urgencia, se ha de frenar antes de firmar un contrato sin entender todas las cláusulas, coberturas, y condiciones tanto de renovación como de cancelación o pago.
Las aseguradoras y los expertos en automovilismo señalan que además de revisar todos los puntos anteriormente enunciados respecto del seguro de coche, antes de estampar la firma que te liga al contrato y la compañía es aconsejable reflexionar sobre el uso se le va a dar al coche. No se expone al mismo riesgo un vehículo que se utiliza en el día a día que uno que se destina mayoritariamente para la movilidad puntual. Por otra parte, se debe evaluar todas las cláusulas, condiciones y coberturas que se incluyen y las que no, a fin de solventar cualquier tipo de dudas antes de iniciar la relación contractual con la compañía finalmente elegida. En este sentido, resulta primordial conocer los límites de la póliza que eviten que en esas situaciones se exija a la aseguradora una responsabilidad que previamente se ha aceptado como no incluida.